ESPACIOS Y RINCONES CON HISTORIA ÍNTIMA

Andar por las calles de mi querido Ituzaingó, estar los Domingos y Feriados en Supercanal, dedicarle unos minutos al cielo desde el jardín de casa y compartir una copa con un buen amigo, son cosas que conforman la mayor parte de mi vida. Tres elementos, tres únicos elementos, son las herramientas que me permiten expresarme: mis guitarras, mis cámaras de video y fotografía y el teclado de la PC.
Después... andar, simplemente andar. El 90% de mi actividad es libre. Caminando encuentro a algún personaje, a un artista, a un funcionario, a un vecino y ahí, espontáneamente sale una nota o una foto o, muchas veces, alguna melodía.

Plaza San Martín de Ituzaingó Sur, la tarde del 14 de Junio de 2012
 Los habitantes silenciosos de los lugares públicos son quienes le dan un susurro de vida a lo que cotidianamente vemos. Cuando las plazas van quedando quietas de gente, ellos se sumergen en una intimidad que irradia una rara sensación de paz.
La bici de mi amigo y compañero Adrián (El rosarino) que me acompaña varios domingos en los Estudios de Canal 3 de Supercanal
Las tardes de Domingo en Super Canal, Castelar, muestran un silencio profundo en sus calles. Mientras se transmiten los programas suelo ir al hall y observar la quietud acompañada de mudez. Quien me acompaña en esos breves minutos es la bici de Adrián, el rosarino, esbelta, apoyada sobre el blindex, esperando corretear cuando vuelva su dueño. A veces (me animo a decirlo) me cuenta historias, relatos que contiene sueños y nostalgias.
Una copa con un buen "rosado". Lujos que nos damos de vez en cuando con  el amigo y colega Dani Galst
 De tanto en tanto Dani Galst me invita a almorzar en un conocido restaurante de la Autopista del Oeste. Descubrimos un vino rosado exquisito (y eso que a mí el rosado no me gusta), pero este es realmente bueno. Charlamos de cualquier tema (como debe ser la charla entre amigos) y siempre surge una idea periodística que compartimos durante la semana. Esos almuerzos quedan grabados en el alma como amenos momentos de vida.
Desde el jardín de casa, un cielo despidiéndose del día.
Y cuando la tarde va sumergiéndose en el anochecer, me quedo parado en el jardincito de casa. Recuerdo a la vieja que se fue pero que siempre está y miro el cielo hacia el Este. Son sólo unos segundos, no mucho más, pero sé que algo suena en mi Ser, una calma, una suerte de paz que se fundo con el ladrido de los perros y las risas de las nietas...
Y así va terminando lo que se llama una jornada. O tal vez empieza (porque en ese instante comienzo a crear, a trabajar) o... como muchos dicen, sigo jugando a la vida.

Mario Horacio Abeijón

3 comentarios:

MIRTA dijo...

Querido Mario: Gracias, porque sé que en algún lugar de tu poesía y tu vibración,habito, y me hacés habitar por esos pagos. Hermoso todo, texto y fotos.

MIRTA dijo...

Querido Mario: hermoso!... texto y fotos. Y quiero darte las gracias, porque siento que en algún lugar de tu poesía y vibraciones habito, como tantos otros amigos. Un abrazo. Mirta

MIRTA dijo...

Querido Mario; hermoso!... texto y fotos. Quiero darte las gracias, porque siento que en algún lugar de tu poesía y vibración, habito, como tantos otros amigos, pero a mí me hace sentir más cerca de nuestros pagos. Un abrazo. Mirta